miércoles, 20 de abril de 2016

HOMILIA DEL DOMINGO 5 DE PASCUA. CICLO C

La historia de cada uno y de la Iglesia, como también de la sociedad en la que vivimos, puede no ser demasiado consoladora en estos momentos.

A muchos, por ejemplo, les produce dolor contemplar la falta de fe en la sociedad actual. Otros tienen problemas en la familia o en su propia vida. Sea cual sea nuestra situación, la Pascua nos invita a hacer un ejercicio de visión positiva de la historia y de las personas.

Pascua es un acto de fe en que sí es posible ese cielo nuevo y esa tierra nueva: porque el Señor ha resucitado, y su Espíritu actúa, y, por poco que le dejemos, quiere ir cambiando las cosas. No es un simple deseo de que las cosas vayan bien, sino la esperanza en que Dios cumplirá sus promesas.

Un voto de confianza a Dios. Un voto de confianza a la sociedad y a la Iglesia. Hay muchas fuerzas escondidas, medio dormidas, en las personas y en la comunidad, que sí pueden despertar y mejorar nuestra historia.

Claro que hay dificultades. Somos conscientes de ello. Pero a pesar de todo, seguimos creyendo en la fuerza del Señor.

 

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